jueves, 16 de noviembre de 2017

'ALIAS GRACE', LA MINISERIE FEMINISTA DE NETFLIX QUE DEBERÍAS ESTAR VIENDO

Lo nuevo de la plataforma de 'streaming' es una nueva adaptación de Margaret Atwood, sobre una célebre asesina que recuerda una historia llena de abusos y tragedias para descubrir qué ocurrió el día del asesinato.
Con perdón de Stephen King, cuyas historias siempre están presentes en nuestra cultura popular, este 2017 ha sido el año de Margaret Atwood. La autora canadiense es la responsable de una de las series de más éxito de esta temporada, ‘El cuento de la criada’, que arrasó en los pasados premios Emmy, y ahora vuelve a la primera línea seriéfila con otra historia de mujeres, abusos y reflexión crítica sobre un mundo patriarcal. Si la serie protagonizada por Elizabeth Moss se situaba en un futuro distópico, 'Alias Grace' se va al pasado, al siglo XIX, para contarnos la historia de una asesina que guarda muchos secretos y misterios sobre el día del asesinato por el que ha estado tantos años entre rejas.
La trama comienza con las sesiones de Grace (Sarah Gadon) con el doctor Jordan (Edward Holcroft), al que le ha sido encomendada la ardua misión de determinar si esta famosa asesina debe por fin abandonar la prisión. Él se propone escuchar su historia, pero se encontrará con un conjunto de flashbacks, sentimientos a flor de piel, detalles de un realismo abrumador y, al final, la más grande y tremenda ambigüedad. ¿Logrará desentrañar el misterio que esconde Grace Marks?
Este es un nuevo éxito para Atwood, Netflix y el mundo seriéfilo en general. 'Alias Grace' llega en un momento inmejorable, en el que el debate sobre al abuso sexual está más a la orden del día que nunca. Así que nos proponemos analizar aquí las razones por las que debe ser una de las series de esta temporada.
POLLEY Y HARRON, NOMBRES DE PESO
Tras esta serie se encuentran dos mujeres cineastas que no podemos obviar. Hablamos de Sarah Polley, actriz ('Mi vida sin mí', 'La vida secreta de las palabras') y directora ('Stories we tell') que ha entrado de lleno en este proyecto para encargarse de la escritura del guion. Ella es la responsable de los seis episodios que componen 'Alias Grace’, y su sensible y penetrante mirada es capaz de sacar los fantasmas más oscuros de su protagonista con una sutileza y ambigüedad admirables. Su compañera en esta aventura ha sido Mary Harron, que, tras una carrera muy irregular en el cine, ha demostrado en la dirección de estos seis episodios que su pulso dramático no ha desfallecido ni un poco desde que sorprendiese con 'American Psycho' (2000).
Polley y Harron, trabajando sobre el material de Atwood, han conseguido elaborar un retrato profundamente femenino y feminista. Hay una comprensión deslumbrante de los sentimientos, de las sensaciones (las puntadas de costura, las manos que se tocan, la electricidad de los cuerpos que se atraen, las miradas de comprensión entre mujeres con los mismos problemas de siempre…) que conforman la vida altamente sexista del siglo XIX. Hay una crítica clara a todos esos mecanismos de abuso de poder que sufre la protagonista, pero sobre todo hay una perturbadora mirada extrapolable a la actualidad, que estremece ante los acontecimientos que hace meses que escuchamos en los medios de comunicación. No en vano Polley publicó un ensayo en el New York Times denunciando sus propias experiencias.
Su mano -permitidme, femenina- se aprecia en aspectos tan sutiles como la utilización de la violencia: hay ráfagas de torturas, como pinchazos en la mente de la protagonista, pero no hay un ensañamiento morboso sobre los aquí insinuados momentos de violaciones, tocamientos y abusos de todo tipo. No hay imágenes de violencia gratuita. Hay respeto y elegancia, aún en un entorno completamente hostil. Y también es algo que observamos al abordar los personajes masculinos: encontramos a un doctor Jordan sobrepasado por las palabras de su paciente, y que acaba desarrollando una fuerte atracción hacia ella. Había soluciones muy fáciles ante ese hecho, pero la manera en que nos muestran las ensoñaciones del hombre, delicadas pero obsesivas, nos convence de que esta es una serie donde también hay espacio para los hombres multidimensionales, que ante un deseo sexual no acaban por violar a una mujer. Llámennos locas. Estas son algunas de las marcas que dejan Polley y Harron en una historia que ya, desde su base, otorga el poder narrativo a la mujer. La 'female gaze'en todas sus dimensiones. Y eso no es algo que se vea todos los días.
MARGARET ATWOOD, DE NUEVO CONTRA EL PATRIARCADO
Cuando se estrenó 'El cuento de la criada', las comparaciones con la actualidad eran inevitables: había -¿o siempre ha habido?- un debate constante sobre el control de las mujeres sobre sus propios cuerpos, que podía extenderse desde el aborto hasta la representación de la sexualidad en la publicidad y la cultura. La historia distópica de una sociedad que secuestra a mujeres de clases medias y bajas para usarlas como úteros humanos en una época de crisis de la fertilidad no dejó indiferente a nadie. El aplauso que Atwood recibió sobre el escenario de los premios Emmy, donde la serie de Hulu se llevó ocho estatuillas, fue de lo más justo que hemos visto en los escenarios de este año.
Con 'Alias Grace', la escritora canadiense vuelve a abordar el abuso femenino, pero esta vez mirando al pasado: su novela es un retrato ambientado en la Norteamérica del siglo XIX, y cuya historia sólo conocemos a través de las palabras personales y subjetivas de la protagonista. ¿Qué intención tiene esto? Podría parecer una manera inocente de contar una historia, pero no lo es: es un empoderamiento total de la mujer en el relato histórico, de modo que su perspectiva es la que importa. Es así como somos testigos de su infancia con un padre violento, borracho y abusador, y una adolescencia trabajando como sirvienta entre miradas lascivas, comentarios obscenos y un total desprecio no como persona pobre, sino como mujer. Esta historia es una muestra más del feminismo que recorre la obra de Margaret Atwood, y sus resonancias actuales son estremecedoras.
MÁS ACTUAL QUE NUNCA
Como decíamos, hay un poso de actualidad en 'Alias Grace', pese a situarse en la primera mitad de 1800. Y quizás hay una frase pronunciada en uno de los primeros capítulos que nos ayuda a justificarlo: "Una vez que te encuentran con un hombre en tu habitación, tú eres la culpable, sin importar cómo ha llegado él hasta allí". La pronuncia la protagonista en las sesiones con el doctor Jordan, y es imposible no pensar en Harvey Weinstein y las decenas de casos de abuso que han salido a la luz en las últimas semanas, además de las muchas voces que se hacían una pregunta que nada tiene de inocente: ¿por qué esas mujeres estaban allí con él? ¿Por qué no dijeron nada antes? El conocimiento sobre los mecanismos del abuso de poder y la estigmatización -a muchos y diferentes niveles- que crea un caso de agresión sexual brillaron por su ausencia en muchas declaraciones.
Dejando eso a un lado, es necesario darse cuenta de lo mucho que podemos aprender del abuso viendo esta nueva serie de Netflix. Que no se me entienda mal: es un thriller entre lo policíaco y lo psicológico con una narrativa adictiva y un final totalmente inesperado. No es una TEDx Talk sobre el tema. Sin embargo, a través de la ficción, es capaz de construir un discurso más que lúcido sobre la sexualización de la mujer a edades tempranas, las injusticias sociales motivadas por la tradición conservadora -que aún hoy sobreviven- o la creencia de que hay una maldad intrínseca dentro de la mujer que hay que dominar y limitar. Si ‘Alias Grace’ manifiesta en algún momento esa oscuridad interior, os aseguro que la justifica de modo ejemplar.
El mejor 'binge-watching' de este mes se llama 'Alias Grace', y no te llevará demasiado tiempo: seis episodios de 45 minutos de duración, un total de cinco horas de misterio que ya están disponibles en la plataforma online de Netflix. Y recuerda: nada es lo que parece, nada es lo que esperas y, desde luego, ninguna verdad absoluta es una verdad completa.

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