Es realmente fantástico como lo que siempre pedían (y no conseguían) nuestros abuelos en materia de modales y urbanidad lo haya establecido tan raudamente Twitter. Se pasan el día agradeciendo y creando “buena onda”. Quizá, para mi punto de vista -casi externo- pueda parecer exagerado, pero lo veo genial. Digo exagerado porque un ejemplo sería; cuando voy a un restaurante, agradezco cuando me dan la mesa, me traen la carta (gracias), ponen el pan (gracias) me recomiendan un plato (gracias) toman la nota (gracias) sirven la bebida (gracias) Traen el plato recomendado (gracias) no me termina de gustar pero (gracias y no le digo nada no vaya a ser que se ofenda) pregunta postre (gracias) café (gracias) la cuenta (gracias) la cuenta es cara (gracias) salgo (gracias por todo) No sé, creo que uno de los dos se cansaría, pero repito, no estoy tan “en ello”.
Desarrolla la memoria cognitiva:
El uso de los #FF es como un bálsamo para masajear la memoria positivista. Te hace hacer un recuentonto de todos los que te han hecho un reconocimiento y nombrado durante la semana, que en este medio es “hacer algo por ti”. Hay que ser agradecidos, y también lo ha logrado Twitter mejor que educadores, pedagogos y familia. Estoy seguro de que en cualquier momento nos empezaremos a encontrar (espero) que cada semana estos mismos protagonistas hagan una especie de #FF de: todas y cada una de las tareas que su madre/padre ha hecho por ellos, de todos los momentos agradables y comentarios positivos de cada uno de sus compañeros (amigos, trabajo o estudio), que recuerde a su pareja todos los buenos momentos que le ha hecho sentir durante la semana, y así sucesivamente con todo. Sería realmente idílico. Bien por Twitter.